miércoles, 17 de marzo de 2010

EL SIMBOLISMO DE COLERIDGE


El poema de Coleridge, Rime of the Ancient Mariner nos provoca al leerlo, un profundo desasosiego, porque aunque la crítica lo vea como un típico producto romántico de la época en el que se trata el tema de la culpabilidad y la pérdida del contacto entre el hombre y la Naturaleza, se escapa sin duda a estas prosaicas etiquetas y su simbolismo va más allá. Nos catapulta a vivir a través del viejo marinero nuestra propia catarsis en nosotros mismos, con nuestras acciones ciegas e irracionales que se cristalizan en la muerte gratuíta e injustificada del albatros, símbolo de la pureza y de la norma que marca el rumbo que nos puede sacar de las tinieblas y sin embargo, nuestra necedad y ceguera, es tan grande que acabamos con ella y viene entonces, nuestra propia caída en el dolor y la desesperación. Así, caminar entre sonbras ( niebla en el poema ), malgastar quizás inicuamente la vida para entender al final, en la vejez, las claves que logren arrancarnos de nuestro pecho, el peso del pecado hecho despojo del albatros e intentar encontrarnos a nosotros mismos transformados y penitentes de por vida, justificar a partir de entonces una actitud de mensajeros elegidos y errantes, repetidores sin fin,de esta peculiar historia para aquellos que quieran pararse a oirnos y rectificar su ciega actitud, sabiendo que muy pocos lo conseguirán, que la mayoría se hundirá como en el poema, con la muerte, arrastrados a la nada. Quizá este es el dramatismo de nuestro propio ser a lo largo de la Historia, repetir en círculos los mismos pecados y aplicar los mismos castigos y penitencias y vagar como el barco entre hielos que nos apartan de la redención.
Si habeis navegado alguna vez en un velero, habreis sentido que ante el océano es él, nuestro único salvavidas que nos permite flotar en medio de unas aguas que nos rechazan de continuo y quisieran engullirnos. Sólo la pericia del piloto nos da tranquilidad y nos hace olvidar el desasosiego que nos acompaña hasta llegar a puerto. Ojalá nuestro último destino sea como en el poema en compañía de un hijo y un ermitaño ( sublimación del albatros ).
JA Casar

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