viernes, 23 de abril de 2010

LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO


Alan Sillitoe, escribió esta magnífica novela: The Loneliness of the long distance runner, en defensa de los que están fuera de la ley en lucha constante contra el sistema, pero señalando también cómo cualquier victoria por su parte, es siempre a costa de su propio dolor y perdición. El protagonista, Smith, interno en un "borstal" ( prisión para jóvenes del Reino Unido ), piensa que es tratado como una caballo y no una persona. Así cada vez que gana una carrera, sirve sólo a los intereses particulares del gobernador. Por eso trama su personal venganza, el día de la prueba más importante, deteniéndose desafiante en la misma linea de meta para dejarse ganar.

Correr le sirve al protagonista de catarsis pero dejando la ficción del personaje, cualquiera de nosotros puede experimentar el bienestar que esta actividad nos aporta siempre y cuando la efectuemos adecuadamente. La regla de oro es encontrar nuestro ritmo personal fuera del de los demás. Por eso es preferible hacerlo en soledad, sin compañías que nos frenen o aceleren. Nuestro primer gran descubrimiento es que si lo respetamos, el cuerpo parece dormirse acompasado por la justa fecuencia cardiaca y respiratoria que mueven cadenciosamente las piernas. En este punto sólo sentimos la brisa en el rostro y ahora podemos empezar a enfrentarnos con nuestro mayor y más difícil reto: el de desconectar la mente que siempre estará abriéndonos ventanas de pensamientos. Intentemos no pensar en nada. Jamás llevemos cascos para oir música. Dejemos fluir los sonidos de esa naturaleza que nos rodea. El canto de las aves, los matices del viento en los oídos y el chasquido ligero de nuestras zapatillas golpeando el suelo. No corramos por arcenes bajo el ruido y contaminación de los coches.Ahora somos eternos perseguidores de nuestra propia sombra, hasta que el ácido láctico acumulado en nuestros gemelos nos devuelve a la realidad, pero ese primer aviso de cansancio ha sido también una burbuja de plenitud que ocupó una pequeña fracción del tiempo de nuestra vida pero que estamos ansiosos por volver a repetir.
JA Casar

lunes, 19 de abril de 2010

POEMA CHAMÁN INDIO

No vayas a mi tumba y llores,
pues no estoy ahí.
Yo no duermo.
Soy un millar de vientos que soplan,
el brillo de un diamante en la nieve,
la luz del sol sobre el grano maduro,
la suave lluvia de verano.
En el silencio delicado del amanecer,
soy un ave rápida en vuelo.
No vayas a mi tumba y llores,
no estoy ahí.
Yo no morí.
( Fragmento de un poema chamán indio )

El chamanismo constituye la espiritualidad de los pueblos cazadores-recolectores sin importar cuales fueran sus lugares de origen. Probablemente sea el sistema espiritual y mágico más antiguo del mundo, es decir, la raíz de todo método filosófico y espiritual.
Como lamentable contraste, el hombre del siglo XXI tiene una sequía espiritual crónica y vive de espaldas a muchos caminos que le trarían alegría y equilibrio y que no pueden ser sustituídos por otros cauces engañosos en los que trata de apoyarse y lentamente le están destruyendo.
Tener una conciencia ética, moral o religiosa, amar la naturaleza que nos rodea y comprometerse en su conservación, son deberes y responsabilidades ineludibles que no admiten justificación y por lo tanto que no se cuestionan, sino que se llevan adelante y se ponen en práctica, así sin más, sin esperar a leyes y obligaciones.

Allí, donde no llega ni un eco perdido, ni se percibe el rumor más leve, donde reina el augusto silencio de la soledad, y su profunda calma convida a las meditación, se sublima el amor por la vida.
JA Casar

viernes, 16 de abril de 2010

COLABORACIÓN: LUCIÉRNAGAS EN EL JARDÍN


Una cartelera de cine, un título: “Luciérnagas en el jardín”. Viene a mi memoria una noche en que hubo un apagón eléctrico en el pequeño pueblo situado a las puertas de P.N. Manuel Antonio, de Costa Rica.
El turismo comenzaba a desarrollarse en el país centroamericano pero todavía se podía viajar libremente sin caer en las redes de los grandes operadores.
Tras los bungalós donde se albergaban los viajeros había un jardín de palmeras, los cocos caídos al suelo germinaban nuevamente y llenaban con pequeñas plantas los huecos. Un camino central llegaba hasta el bar de Merlín, éste ayudado de su mujer preparaba exquisitos platos aprovechando los frutos del mar y la tierra, merece hacer especial mención de las riquísimas papayitas en leche y el pescado, asado a la brasa en hoja de platanera. Todo servido por D. León, educado, amable, correctísimo, se podría dedicar un capítulo especial a su figura.
Volvamos a la noche en que el generador dejó de funcionar. Libres de los focos públicos pudimos descubrir el regalo que la naturaleza ponía a nuestra vista: cientos y cientos de puntos luminosos sobre la frondosa vegetación se hicieron visibles. Eran “lampíridos”, una familia de coleópteros polífagos que vulgarmente conocemos como “luciérnagas”, sus hembras sin alas presentan órganos luminosos en los dos penúltimos segmentos del abdomen y dan luz muy intensa (bioluminiscencia).
Cuando éramos niños celebrábamos, con la llegada de los calores estivales, la aparición de las luciérnagas, venían después que los grillos, infundían en nosotros un gran respeto, nos parecían mágicas, buscábamos su presencia cuando paseábamos o regresábamos de las romerías por la noche, presumíamos de ellas si elegían los árboles, hierbas o piedras cercanas a nuestras casas para lucir. Pero nunca pude contemplar tantas juntas como en aquellas playas sobre el Pacífico, en Costa Rica.
Aquí, poco a poco, fueron desapareciendo, apenas las he visto en los últimos años. La degradación del medio ambiente que se ha llevado por delante tantas especies de nuestra fauna y flora también ha tocado a las humildes luciérnagas. Sus larvas se alimentan de pequeños caracoles y babosas que cada día se exterminan con productos químicos para incrementar la producción de los huertos.
La condición humana, capaz de idear importantes obras buenas, se deja llevar por su egoísmo y pierde el sentido produciendo efectos negativos sobre ese don de todos, la naturaleza. Busca en mundos oscuros nuevas sensaciones que raramente le llenan y pierde la oportunidad de gozar de los pequeños placeres que la vida le ofrecería gratuitamente.
Mª Dolores PAREDES FERNÁNDEZ

P.D. Es para mi un gran placer recibir colaboraciones de compañeros y amigos, ya que considero que así este blog se enriquece y por eso queda abierto también a todas vuestras aportaciones.

ANTE EL CENTENARIO DE MARK TWAIN


"Man will do many things to get himself loved, but he will do all things to get himself envied".
Uno de sus muchos dichos que definen su personalidad de hombre emprendedor, tenaz y valiente lleno como no podría ser de otra manera de anécdotas que marcaron su carácter, como la de llegar a casarse con Olivia Langdon tras acosarla sin piedad, todo un año epistolarmente.
Un hombre que dejó la escuela siendo un adolescente y que hoy día está considerado como el padre de la narrariva estadounidense del que bebieron escritores posteriores de la talla de Hemingway, Fukner o Bellow.
Samuel Langhorne Clemens, el autor de Huckleberry Finnn y Tom Sawyer cumple ahora el primer centenario de su muerte y sus novelas siguen intemporales, haciendo las delicias a sus lectores.
¿Qué le debe, cabe preguntarse si queremos rastrear su obra, a Jenny, la esclava negra de la familia que le contó de niño un sin fin de historias?
El entrar a trabajar en una imprenta, tras la muerte de su padre, le abrió el mundo de los libros, y se convirtió desde entonces en un ávido lector con la lógica derivación hacia el periodismo que llega a ejercer como tal a los treinta años.
Fue piloto de un barco de vapor por el Misisipi y su sueño era explorar de esta manera el Amazonas. Recordemos que su seudónimo como escritor : Mark Twain es una expresión de los negros de la zona para indicar " dos brazas de profundidad, el calado mínimo que hacía navegable el río.
La Guerra de Secesión le trunca este sueño y lo vemos combatiendo en las filas confederadas.
Los libros antes mencionados le catapultan a la fama internacional y viaja por Europa dando conferencias. Siempre fue un entusiasta de la ciencia y de la tecnología, pero sus negocios en mejorar las linotipias, fracasaron y la muerte de su esposa y dos de sus tres hijas le volvieron taciturno y pesimista. Murió de un ataque al corazón a la edad de 65 años.Era el año 1910, el del cometa Halley, curiosamente Mark Twain un año antes había dicho que sería la mayor decepción de su vida si no se iba con él, cosa que así ocurrió.
JA Casar

martes, 13 de abril de 2010

LOS HIJOS DE SOTILEZA


Menéndez Pelayo dijo de Sotileza que era una epopeya del mar, porque de una manera magistral Pereda supo retratar no sólo la credibilidad de unos personajes sino la descripción de un ambiente y una forma de vida que ya en su tiempo, estaba desapareciendo.
Por eso leer esta obra es recrearse con una cultura marinera de la que el autor recoge vestigios pero que son suficientes para que sintamos toda su fuerza y pasión. La casta marinera de hombres y mujeres curtidos en el duro y precario trabajo cotidiano, expuestos a toda clase de esfuerzos y fatigas y escasos o nulos placeres como nosotros los entendemos y nos rodeamos de ellos hoy día. Hombres y mujeres de esa mar que les daba de comer y les quitaba la vida a cambio y que sienten como su destino y lo aceptan abierta y valientemente.
Aquella Calle Alta santanderina arranca y canaliza sus vidas como una ventana que el escritor abre para nosotros, de costeras y galernas, de raqueros y buques habaneros.
Cuando leo esta obra y contemplo el mar desde los tamarindos del Sardinero ( os lo recomiendo encarecidamente que así lo hagais ) la misma playa de la que partían las lanchas tras las sardinas, porque se podía ver desde aquí el brillo de sus escamas, o la bocana del puerto de Cabo Menor, en donde cabalgaban las quillas sobre las crestas de las peligrosas olas rompientes, al grito electrizante de ¡Jesús y adentro! para poder entrar y buscar su seguridad, me quedo fascinado de admiración.
En nuestro mundo de radares, turbinas y satélites, dónde están los hijos y las hijas de Sotileza, ¿serían capaces de adaptarse y comprendernos? Ante su mar esquilmada y sucia ¿llegarían a perdonarnos?
Retrocediendo en el tiempo yo perseguí quisquillas y cámbaros en los charcos mareales de la Segunda y cogí estrellas de mar volteando las rocas. Sentado en la Machina pesqué panchitos viendo por la transparencia del agua, los timones de los marracanos abarloados al muelle. ¿Dónde quedó también, me pregunto, ese Santander de mi infancia?
JA Casar

viernes, 9 de abril de 2010

LUGARES PARA SUSURRAR AL OÍDO: PLAZA DE DÑA ELVIRA


Dicen los sevillanos que visitar Sevilla y no ver el Barrio de Santa Cruz, es como ir a Roma y no ver la Plaza de San Pedro, y tienen razón porque sería no sentir plenamente el alma de esta ciudad.
Si puedes elije ese tiempo intermedio entre la Semana Santa y la Feria de Abril. Habrá menos gente y presenciarás el estallido multiculor de la primavera andaluza por todas partes.
La Plaza de Dña Elvira es uno de sus rincones más bellos. Hay que descubrirla al mediodía, cuando más apriete el calor y lo primero que tienes que hacer, es no dejarte llevar por los comederos que despliegan las mesas a la espera del sudoroso visitante, ni por los platos de cerámica que como ganchos cuelgan las tiendas en las paredes.
Vete directamente a sentarte en uno de sus bancos azulejados e inmediatamente descubrirás que estás bajo un dosel de naranjos en flor que te están perfumando el aire. Si cierras los ojos por tu mente desfilará todo cuanto hasta entonces hayas visto: Esperanzas de Triana y Macarena,tallas de Montañés y Juan de Mesa, murillos y zurbaranes, mocáraves y arquerías y quizás, la mirada que te lanzó una mujer andaluza... El ruido de voces te hará abrirlos de nuevo y siempre será lo mismo, un grupo de turistas con guía que saliendo del Callejón del Agua, entran por el extremo de la plaza, para pararse un momento a escuchar la leyenda de que aquí estaba la casa de D. Gonzalo de Ulloa, padre de Dña Inés, del D. Juan Tenorio de Zorrilla y salir sin más, hacia la Judería camino de la Plaza de las Banderas.
Me dan ganas de detenerles para decirles que no pueden irse sin respirar el aire de azahar de un poquito más adentro o que cambien tanto rumbo establecido y caminen la Calle Susona que tienen justo al lado sin percatarse de ella.
Al final les dejo marchar y cuando vuelve la tranquilidad y cierro otra vez los ojos descubro el lenguaje musical de la fuente de esta plaza: los tonos tan sutiles que tiene el agua y que tan bien supieron cantar los poetas de al-Andalus. Me concedo a mi mismo estar más tiempo aquí, nadie me lo va a impedir y me siento feliz.
JA Casar

jueves, 1 de abril de 2010

SEMANA SANTA DE ZAMORA



REFLEXIONES A UNA MIRADA

Si de pequeños nuestras manos infantiles se alzaban ansiosas por atrapar ese rayo de luz que se filtraba de repente por la ventana de una habitación y aunque no éramos capaces de conseguirlo, seguíamos empeñados en nuestro vano intento, por qué ahora esas mismas manos se averguenzan de suplicar tu misericordia Señor, y se cierran empecinadas en el vacío de nuestra vida y alzan en cambio a tu mismo cielo, botellas y agujas, evasivos temporales para soportar y olvidar la miseria que hemos creado.

Cristo del silencio que habla, que se vuelve clamor en el corazón que quiere escucharle y nos transforma desde dentro sin perturbadores desasosiegos ni miedos a las sombras de nuestras rutinarias vidas.
Cristo de las Injurias que perdona, para que podamos sólo así, devolverle la mirada sin apartar los ojos, porque nuestras súplicas, se colman en su amor y ciegan el fanatismo de tantos credos ideados por nuestra mente, que nos esclavizan.

La pocesión iba desplegándose sin prisas por las calles de la ciudad, con el eco de sus tambores,el aleteo de los pendones de la cofradía, el chisporroteo de los cirios de los cofrades y el olor a incienso de los saumerios, hasta que empezó a llover y surgieron los paraguas y los pasos apresurados sin respetar distancias y entonces pasó la imagen tan rápida que algunas personas ni siquiera tuvieron tiempo de persignarse ante la presencia de su rostro...

La gente era un tropel que se alejaba sin pensar que desde la humildad y el anonimato, algunas gotas de agua privilegiadas, caían desde la distancia imprecisa del cielo, hasta tocar una vez más, su santo cuerpo.
JA Casar