lunes, 8 de marzo de 2010

EL DECLIVE DE LOS GORRIONES


Hace poco leí con sorpresa los resultados de un estudio sobre las poblaciones de gorriones en nuestro continente, en el que se decía que en Madrid el número de ejemplares está disminuyendo a un ritmo de unos 14.000 al año y que se le considera practicamente erradicado en un sinfín de ciudades europeas como Londres, Berlín, Praga, Budapest etc en las que hace tan sólo una década era muy abundante.
¿Qué le está pasando a este simpático pajarillo hasta ahora urbanita?
El estudio apunta varias causas, siendo la principal la contaminación atmosférica que incide sobre el número de huevos fecundados por nidada y la poca resistencia de su cáscara a recibir cualquier golpe. El desmesurado crecimiento de las ciudades, se situa en segundo lugar, con una reducción de los espacios verdes y arbolado de las calles en detrimento del aumento del suelo pavimentado, edificaciones lisas y acristaladas sin repisas ni huecos dónde hacer los nidos y el gran incremento de los carriles de una circulación permanente y muy abundante que mata cada año a un enorme número de crías. Un nuevo urbanismo que incide por otra parte en un mejor control de los residuos orgánicos, principal fuente de su sustento diario. Por último la competencia con otras aves como los mirlos y sobre todo las palomas, más fuertes y en plena explosión demográfica con un incremento actual del 3%, que las situaría sólo en Madrid en una población superior al cuarto de millón de ejemplares.
Los que vivimos en cambio en ciudades pequeñas los vemos revolotear envueltos en sus intensos chillidos a modo de salutación por la mañana cuando vamos a nuestro trabajo, sin afectarles el frío o el calor, siempre vivarachos con su peculiar forma de caminar a saltos.
Estamos tan acostumbrados a su presencia que su ausencia de golpe nos parecería inverosímil. Por eso queremos desde aquí, lanzar un SOS antes de que sea demasiado tarde para que a nivel individual tengamos la intención de ayudarles siempre que podamos con unas migas de pan o un puñado de semillas que sin lugar a dudas, nos lo agradecerán.
Los gorriones hacen mucha compañía a nuestros mayores en los parques públicos. He visto cómo estas avecillas llegan a conocer a las personas que les dan de comer con asiduidad y se convierten en sus amigos. También ellos alejan si quiera por un momento, la soledad de tantos ancianos, devolviéndoles incluso aunque sea por unos instantes su sonrisa y eso bien merece nuestra pequeña colaboración.
JA Casar

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